En Arco Iris nos sumamos, no podía ser de otro modo, a la celebración del Día de la Paz; y los monitores hemos tenido una larga deliberación sobre la actividad adecuada para dicho evento. Nos parecíó, finalmente, que lo idóneo era un mural cooperativo en el que los pequeñines se implicaran de lleno y reflejara el espíritu de trabajo en equipo.
Otra opción era fabricar una paloma biomecánica que se retroalimentara con energía de flujo y te hiciera el desayuno, pero nos parece que la firma de una mano adulta no debe ir más allá de guiar a nuestros "alumnillos" para que sus pequeñas imperfecciones sean fiel reflejo de sus edades y el esfuerzo empleado aunque, eso sí, no traspasen nunca al campo de la chapuza.
El resultado ha sido muy satisfactorio, el proceso de elaboración ha sido cien por cien cooperativo (la foto lo atestigua) y, lo más importante, ellos sabían perfectamente para qué causa estaban trabajando.
Esta entrada supone toda una declaración de principios y el producto final ha sido expuesto para que todo el colegio pueda apreciar que por las mañanas aprendemos todos de todos, hasta en la hora del desayuno...
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