Y los grandes, con el rincón de áfrica de fondo, escribieron un mail a Lorna, una chica keniata que quiere ser doctora pero no puede estudiar, ya que su familia es pobre y son sus hermanos varones quienes pueden ir a la escuela. Cada uno aportó sus ideas y soluciones y reflexionó sobre qué podemos hacer desde aquí para ayudarla.
La educación sosegada, sin doctrinas ni complejos, es el único modo de minar las injusticias, de alcanzar nuevos modelos de desarrollo más acordes con nuestro entorno natural. Y esta es una tarea de todos los docentes, ya seamos maestros de escuela, catedráticos de universidad o humildes monitores de matinal.
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