Parece una cuestión demasiado filosófica para las horas que nos gastamos en la matinal y, sobre todo, para las edades de los arcoirisianos, pero en realidad el título desvela algo mucho más simple. 
En nuestra cita semanal con el arte de nuestros pequeñajos, hemos realizado un mural con forma de racimo de globos, y dentro de ellos los nombres de los participantes dibujados, recortados y pegados por ellos mismos, toda una declaración de intenciones sobre lo que es un colectivo que sin cada uno de sus miembros simplemente dejaría de tener sentido. Nuestra obra maestra ha pasado a formar parte de la decoración del aula para el resto del año.
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