La fiesta de Halloween, tiene cierto espíritu bumerang, ya que es una tradición celta (muy arraigada en tierras gallegas) que tras atravesar el charco y descafeinarse, vuelve a nosotros.
Las calabazas talladas las poníamos en las ventanas de los hogares peninsulares hace ya cientos de años para espantar a las ánimas.
Aqui teneis a nuestros más pequeños recuperando los quehaceres de sus ancestros.
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