Esta micropersonilla a un pato agarrada es Ana, de apenas tres añitos; llega todas las mañanas con su hermano Nacho, y cuando la vimos aparecer el primer día nos temimos un elemento delicado en el grupo, ya que su corta edad amenazaba mucha atención y llantinas frecuentes. Bien, pues nos ha cerrado la boca, ya que su presencia nunca perturba y no llora ni molesta a nadie jamás. Tiene una debilidad: siempre se olvida de coger su abrigo y mochila cuando va a clase, pero compensa con los achuchones que te da cuando la llevas en brazos a algún sitio.
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