"Profe, profe, a Laura le han pegado", viene muy angustiada una alumna esta mañana a requerirme para desfacer el entuerto y consolar a la pobre víctima del maltrato. El caso es que me apresuro a ver lo que ha ocurrido y me encuentro con la típica imagen de una niña llorando; y cuando intento localizar al truhán que se ha portado de manera tan poco decorosa, cuál es mi sorpresa al localizar a este personajillo con cara de culpabilidad suprema escondido debajo de una mesa.
Reprimiendo la sonrisa y procurando poner cara de reprobación no he tenido más remedio que inmortalizar el momento...
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