Nos hemos puesto la imaginación por montera, o más bien sombrero, y hemos aprendido a hacer gorros a medida de papel de periódico (todo un clásico). Y no contentos con quedarnos ahí, los chavales tijeras, cartulina y colores en mano, han personalizado su sombrero; hemos tenido desde amantes de la naturaleza hasta temibles piratas pata de palo.
Mirad qué contentos lucen sus nuevas galas en las fotos...
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